Siempre que recorremos los caminos y carreteras del país esperamos tener un viaje confortable y seguro, más si nos transportamos con nuestra familia. Antes de salir, debemos estar seguros que cada parte de nuestro vehículo está en perfectas condiciones: que el motor tenga suficiente aceite; que los frenos funcionen de forma correcta; que el sistema de dirección no tenga fallas; que las llantas estén bien infladas y, por supuesto, que nuestro sistema de suspensión esté en óptimas condiciones.
Cada pieza que se encuentra en nuestro auto, suele tener años de investigación en ingeniería en el desarrollo de tecnologías automotrices. Por eso, muchas veces, las piezas pueden tener costos muy altos y difíciles de pagar. En este sentido, es lógico que muchas personas intenten ahorrar dinero al reparar su auto, pues muchas veces, las averías nos toman por sorpresa y no contamos con el suficiente capital para reparar y/o reponer las piezas que necesita nuestro vehículo.
Sin embargo, como dice el viejo refrán, muchas veces “sale más caro el caldo que las albóndigas”. En otras palabras, en ocasiones, al intentar ahorrar, compramos piezas que no son las adecuadas para nuestro auto o que, peor aún, con el tiempo nos pueden poner en una situación de grave peligro.
Debido a esto, en esta nota, te hablaremos de un error común que suelen cometer algunas personas: reacondicionar los amortiguadores que ya no funcionan bien. Hay que recordar que esta parte del vehículo es fundamental no sólo para la comodidad, sino también para la seguridad (quizá te interese: “¿Conoces el triángulo de seguridad de tu vehículo?).
¿Cuál es la importancia de los amortiguadores?
Los amortiguadores ayudan a que el peso de tu vehículo sea soportado y, al mismo tiempo, se distribuya de mejor forma. En este mismo sentido, impiden que los movimientos, al momento de rodar por caminos difíciles, sean violentos y así proporcionarte un viaje más cómodo.
Por otro lado, auxilian al sistema de dirección para que puedas tomar las curvas con mayor seguridad. También, éstos ayudan a que la altura de tu vehículo sea la adecuada y así evitar que las salpicaderas rocen con las llantas. De la misma forma, te pueden ayudar con la estabilidad del frenado, pues los amortiguadores aseguran que las llantas estén adheridas al camino.
Por todo lo anterior, los amortiguadores, mantienen el balance y la estabilidad del auto. Así, como ya se mencionó, son un elemento fundamental para la seguridad. Por eso, siempre deben estar en perfecto estado.
¿Cuáles son los peligros de usar amortiguadores reconstituidos?
Muchas veces, algunos talleres mecánicos cuando cambian los amortiguadores, usan los viejos para repararlos y después revenderlos (sin saber, quizá, que venden un elemento que puede provocar accidentes). Por eso, lo primero que debemos entender es que estas piezas tienen un tiempo de uso especificado por los fabricantes (aproximadamente entre 60 mil kilómetros o 3 años de uso), quienes saben hasta qué momento dura su vida útil. Esto es así, porque, cuando los ingenieros automotrices hacen este tipo de componentes, se les asigna una tecnología específica con un uso bien definido, al reconstruirlos, como es lógico, se altera su funcionamiento.
Esto es así porque los amortiguadores nuevos suelen estar sellados. Cuando los reconstituyen son perforados y les suelen aplicar aceites que no son los adecuados o que están quemados. En consecuencia, cuando se afectan los amortiguadores, las válvulas internas se bloquean, por lo que no funcionarán de forma adecuada y eso puede descender en volcaduras del vehículo.
Asimismo, no se desempeñarán de forma correcta cuando vayas por caminos con baches y/o en terrenos difíciles y, por lo tanto, puedes perder estabilidad. Por otra parte, la distancia para frenar será mucho mayor y, por si fuera poco, es posible que alteres el funcionamiento de otras partes de tu vehículo y, así, se deterioren más rápido: los neumáticos, los bujes, rótulas, la caga de dirección, etcétera.
En conclusión, lo mejor que puedes hacer, si tus amortiguadores están fallando, es ahorrar para poder adquirir otros nuevos. Debemos entender que al manejar nos transportamos a gran velocidad en una máquina que pesa varios kilos y por eso debemos tenerla en inmejorables condicionas para no arriesgarnos a nosotros mismos, a nuestra familia o a otras personas ajenas.
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