En nuestra nueva entrada de MECATIPS hablaremos de un aspecto fundamental de tu taller: las herramientas de trabajo. ¿Cómo podemos evitar que se pierda? ¿Cómo podemos extender su vida útil? ¿cómo podemos organizarla mejor? Todas estas serán preguntas que intentaremos dar respuesta en este blog y a los manolarga no les va a gustar.
Un problema muy común de todo taller mecánico son los amantes de lo ajeno, que se creen que por colaborar ahí tienen derecho de reclamar como propias las herramientas del taller. Una llave por aquí, una pinza por acá, y demás productos que con el tiempo se vuelve una fuga importante de recursos en tu taller.
Aunque tu negocio sea pequeño o tengas a 50 trabajadores a tu mando, la pérdida de herramienta es un mal que adolece a todo taller u oficio. Y seguro pensarás: “Ya he intentado de todo, marcar la herramienta, hacer inventarios habitualmente, resguardarla bajo llave, revisión de mochila al salir y ¡sigue sucediendo!
Tranquilo y nos amanecemos. Vamos por partes, si quieres que tu herramienta dure tanto como el PRI en el poder sigue estos consejos, uno cada vez más rudo que el otro.
Paso 1: La organización
Parece obvio, pero tener la herramienta acomodada en un lugar visible puede prevenir ciertas mañas. Simplemente contar con un aparador, o un marco donde colocar la herramienta en forma organizada será el primer paso.
Así, con tan solo ver de reojo, podrás detectar si hay un hueco donde debiera estar una llave, un martillo, un dado. Y luego luego podrías aplicar la revisión a los sospechosos, claro, antes verifica que no se le esté dando un buen uso ¡no vaya a ser!
Dentro de la organización también se contempla el inventario de la herramienta. Si, hay que tener uno, tanto electrónico como en una hoja. Así puedes revisar frecuentemente que todo esté completo o detectar faltantes antes de que te desangren y debas actuar con mayor rigor.
Paso 2: Un solo lugar para la herramienta
Tener toda la herramienta en un solo lugar es un buen primer paso, pero debes ponérsela difícil al amante de lo ajeno, un candado, un responsable del resguardo, hasta una cámara de seguridad que haga la finta de que grabas todo lo que ocurre en el taller puede evitar tentaciones innecesarias.
Claro que si tienes cámaras de seguridad es mucho mejor, pero pensemos en hacer más con menos: en la cháchara del tianguis puedes conseguir unas cuantas. Con tan solo vean que las estás instalando podrás ver los resultados.
Lo importante es que todos vean que pones empeño en la organización y resguardo, para que lo piensen dos veces antes de que tu herramienta se caiga a la mochila de alguno de ellos “por accedente”.
Paso 3: “Revisión de rutina joven”
Si nada de lo que hemos comentado hasta ahora te funciona, tendrás que ponerte el traje de poli carcelero y hablar con voz Toretto.
Ante la persistencia de algunos de querer fastidiar el esfuerzo colectivo, tendrás que aplicar medidas más drásticas. La revisión física de mochilas al salir es un filtro eficaz y no debes temer en aplicarlo cuando ves que siguen las fugas. Muchas cadenas comerciales y de venta de productos tienen estas políticas al interior de sus trabajos, ¿será porqué funciona?
Tal vez una llave, un dado sean fáciles de reponer, pero ¿cómo que se perdió el gato hidráulico? ¿Qué lo descompusieron por andar jugando al sube y baja? ¿Otra vez se regó el aceite por andar de distraídos? Todos estos actos que están fuera de cualquier reglamento de trabajo deben tener consecuencias.
Lo mejor en estos casos es que cuentes con una política dentro de tu centro de trabajo, que defina qué esta permitido y qué no. Así, ante cualquier sanción, robo e incumplimiento por parte de un trabajador tendrá el respaldo de que fue advertido en la política de trabajo.
Paso 4: El cuidado de tu herramienta
Este paso no puede dejarse de lado, ya que un buen tratamiento de la herramienta puede alargar su vida útil y no tengas que invertir en esto en un buen tiempo.
Claro que si compraste la herramienta más barata por ahorrar unos centavos, no te sorprendas que se rompa al menor esfuerzo. Y por esto es indispensable invertir en herramientas de buena calidad, sobre todo porque usar herramienta hechiza tiene el riesgo de provocar accidentes en el trabajo y es lo menos que queremos que suceda.
Para un buen uso y cuidado de tu herramienta ten en cuenta:
- Que se encuentre en buenas condiciones físicas
- Que todo el personal que la manipule sepa perfectamente cómo funciona y para qué sirve
- La limpieza es otro factor importante para su cuidado, usa los tiempos libres para darle limpieza y mantenimiento
- Los carros de herramienta te ayudan a conservar, organizar y cuidar de ella
Un buen taller mecánico siempre trabajará en organizarse mejor, no solo con la herramienta de trabajo, sino a nivel de organización de personal, funciones, proveedores.
Un taller mecánico bien organizado siempre inspirará la confianza de los clientes.