Los amortiguadores son la parte de un vehículo automotor que más rápido se desgasta y que, en consecuencia, necesita sustituirse con mayor frecuencia. Esto es así porque este elemento, que es parte del sistema de suspensión, se enfrenta a una constante exigencia: caminos irregulares, baches, curvas pronunciadas, cargas pesadas sobre el auto y un largo etcétera.
Por este motivo, cuando llegue el momento, es necesario saber qué tipos de amortiguadores se adaptan a nuestro vehículo y qué opciones hay. En el mercado existen distintos tipos de amortiguadores: hidráulicos, que como lo dicen su nombre usan fluidos como aceite o gas; amortiguadores monotubo y bitubo; otros que a los que se les denomina “regulables”, porque se puede modificar la dureza y el nivel de suspensión, dependiendo del camino…
Por supuesto, también están los amortiguadores reológicos, que son los que nos interesan en esta nota. En este sentido, es importante que tanto este tipo de amortiguador como los antes mencionados, los conozcas bien, ya que en cualquier momento necesitarás sustituir los que tiene en este momento tu auto. Si estás bien informado, te será más fácil saber cuál tipo de amortiguador te conviene más y, por lo tanto, tomarás la mejor decisión.
Funcionamiento general de los amortiguadores
Una de las partes centrales del sistema de suspensión (aparte de muelles y puntales) son los amortiguadores. Como ya se mencionó, hay de distintos tipos, sin embargo, la mayoría tienen una función general: un pistón se mueve entre distintas cámaras que pueden contener distintos fluidos como aire, aceite o gas. Estos líquidos y gases pasan a través de dichas cámaras para generar el efecto de amortiguación.
En este sentido, los amortiguadores no permiten que la energía cinética ejerza influencia sobre el movimiento del automóvil de forma descontrolada; por eso se modera la actividad de contracción y de expansión de los muelles. Así, los amortiguadores provocan que el pistón se mueva para generar energía térmica y, con esto, mejorar la conducción del vehículo para que el traslado por caminos difíciles sea más suave y cómodo para el conductor y los pasajeros de un auto.
Funcionamiento de los amortiguadores reológicos
Si bien, el funcionamiento de este tipo de amortiguadores es similar al de todos los demás, su principal diferencia radica en lo que contiene el fluido de amortiguación. Éste comprende un 40% de partículas metálicas. Esto es así, porque se aplica una corriente electromagnética para que dichas partículas se ubiquen en una posición y el líquido adquiera mayor viscosidad.
Por otro lado, esto sirve para que varios sensores detecten la cantidad y el tipo de rebotes que suceden en el sistema de suspensión. Esta información pasa a una centralita que calcula las necesidades de amortiguación según sean requeridas. En este sentido, la reacción del amortiguador es diez veces más rápida que con otros (incluso, la fluidez puede suceder hasta mil veces por segundo). También, los amortiguadores reológicos suelen ser monotubo.
Por ejemplo, si un camino no tiene muchos baches y obstáculos, los amortiguadores funcionan como los otros, el fluido hace su trabajo. No obstante, si la carretera tiene muchos baches, el sistema accionado por la centralita enviará una corriente magnética para hacer más denso el fluido y así se endurecer la suspensión y, de este modo, regular la amortiguación.
En Erso encontrarás diversos sistemas de amortiguación
Existe un lugar donde puedes encontrar distintos tipos de amortiguadores para tu vehículo: tiendas Erso. Ofrecemos amortiguadores para cajuela, para el cofre, para el vidrio; amortiguadores delanteros y traseros hidráulicos, de gas, en “L”, en “R” y mucho más
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